Cuando se inicia el siglo XX, Tucumán se destacaba en el país por la cantidad de publicaciones periódicas que allí se imprimían. En 1900, había aparecido una importante publicación católica, “La Verdad”, revista semanal dirigida por dos futuros prelados, los presbíteros Bernabé Piedrabuena y Agustín Barrere.
Destacada publicación del mismo año, con excelente material de textos y fotografías, fue la “Revista de Tucumán”, conducida por Manuel Pérez con notables redactores: nada menos que Miguel Lillo, Julio P. Ávila, Antonio M. Correa y José R. Fierro.
Y en 1901, se editaban cinco diarios: dos vespertinos, “El Orden” y “La Provincia”, y los matutinos, “El Norte” y “El Nacional”, además de “El Ferrocarril”, semanal, dirigido por Emilio Warnes, quien en 1908 lo transformó en el vespertino “La Verdad”. También seguía apareciendo el satírico “Il Soffietto”. En el interior, continuaban los semanarios “El Acuerdo”, en Monteros, y “Los Departamentos”, en Concepción.
Oleada de 1901
También en 1901 vieron la luz otros periódicos de breve vida, de los que sólo se tiene el nombre, como “El Comercio” y “El Trabajo”, de filiación socialista. También, “Miniaturas”, revista dirigida un tiempo por Ricardo Jaimes Freyre; “El Álbum Musical”; “La Alborada”, periódico “literario-social”; “El Eco Obrero”, semanario; “La Estrella del Norte”, semanario “liberal, defensor de la clase trabajadora”; el quincenario “El Mensajero”; el periódico “El Trabajo”, que aparecía dos veces por semana. En 1902, se editaba “Tucumán Mercantil”, semanario dirigido por Juan Antonio de Prat Gay y, en Monteros, “El Alba”, revista “literaria y social”.
De 1903 son, por ejemplo, el semanario “La Acción”, dirigido por Germán García Hamilton; “El Carácter”, órgano “del magisterio”, dirigido por Manuel Pérez; “La Carcajada”, humorístico; “El Combate”, matutino; “La Cooperativa”, periódico; “Las Ideas”, semanario; “Ráfagas”, revista de los estudiantes.
De letras y ciencias
La luego famosa “Revista de Letras y Ciencias Sociales”, mensual, dirigida por el literato Jaimes Freyre con Juan B. Terán y Julio López Mañán como redactores, empezó a editarse en 1904 y su fructífera vida se extendería hasta 1907. Ese mismo 1904 aparecían “Fray Mocho”, que dirigía Carlos J. Frías, y “La Reacción”, matutino, órgano del flamante partido Unión Popular, dirigido por Faustino Sierra y luego por Germán García Hamilton.
Otra incipiente agrupación política, el Partido Demócrata, empezó a tener su propia publicación. Se trataba de “El Demócrata”, que dirigía el doctor Melitón Camaño y que apareció en 1905. De ese mismo año datan también las revistas “La Evolución” y “La Producción”. El gremio gráfico editó “El Tipógrafo” (1906).
En 1907 salieron a la calle “La Pulga”; “El Heraldo”, periódico católico dirigido por el presbítero Tirso Yañez, y luego por su combativo colega Joaquín Tula y la revista “Tucumán Ilustrado”, quincenal, que condujo inicialmente Francisco Santamarina.
Al año siguiente inició una “nueva época”, bajo la dirección interina de Víctor Toledo Pimentel. El nombre “La Verdad” se reiteró en 1908, en el matutino fundado por Félix F. Córdoba. En 1909, apareció “La Razón”, matutino que dirigía Manuel Pérez.
Más títulos
Al iniciarse la segunda década de la centuria, apareció (1910) “América”, revista quincenal, “literaria, social, noticiosa y científica”, y el mismo año “El Diario del Norte”, dirigido por Germán García Hamilton. En 1912 –año en el cual, vimos, empezó LA GACETA- salió la revista, “Alpha y Omega”. En 1913, “Tucumán. Ciencias. Artes. Actualidades”, revista ilustrada quincenal, que dirigía Juan Silvera, mientras, en Concepción, reaparecía el semanario “Progreso del Norte”. Datan de 1915, las revistas “Rojo y Gualda”, dirigida por Ángel Dato y órgano “de la colonia española”; “Social” y “Arte y Trabajo”, y los periódicos “Nota Gráfica” y “La Montaña”, este último órgano oficial de la Unión Cívica Radical.
Breve existencia tuvieron dos periódicos de 1916: “La Libertad”, matutino, que dirigía Alfredo Federico Argüello, y “La Patria”, cuyo fundador y director era Ernesto Correa Suárez. También fueron de corta existencia el quincenario “Luz de Plata” (1916); “La Revista”, que dirigía Teófilo Meyer (1916); “La Argentina”, que “brega por los intereses de los obreros” (1916); “La Idea”, dirigida por Miguel Tarzia, órgano del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional (1916).
De la Universidad
Otro periódico también llamado “La Patria”, que conducía el uruguayo Bernabé Durán Arenas, salió a la calle en 1917, además de la revista “La Semana”, que se identificaba como “política y de cultura general” bajo la dirección de los abogados José Lucas Penna y Eduardo Cossio.
De ese mismo año data la importante “Tucumán”, revista de “extensión universitaria”, dependiente de la Universidad inaugurada tres años atrás. La dirigía el abogado e historiador Manuel Lizondo Borda, con Ricardo Jaimes Freyre, Juan Heller y Alberto Rougés como redactores de lujo. Del mismo año fueron el semanario “La Opinión”, y los periódicos socialistas “Nuevo Rumbo” y “La Palabra Socialista”.También se inició en 1917 el periódico bilingüe “El Eco de Oriente”, para la colectividad árabe, que fundó Nagib Baaclini: se editaría con distinta periodicidad durante más de cuatro décadas, hasta 1959.
Enorme cantidad
El año 1918 registró una excepcional cantidad de publicaciones periódicas, aunque todas de muy corta existencia. Aparecieron cuatro periódicos en la ciudad: “El Monitor”, del género “educativo”, que dirigía Raúl Paverini; “El Parque”, que “sostiene los principios del Partido Radical”; “La Raza”, de Rafael Padilla, que se autodenominaba “defensor de los países aliados e intereses generales”; “El Liberal”, dirigido sucesivamente por Vicente Padilla y por el doctor Ricardo Casterán; “La Opinión”, también dirigida por Casterán, y que pronto pasó a llamarse “La Revista”; el semanario “La Libertad”. En Monteros, salió a la calle “El Aconquija”.
En cuanto a las revistas de 1918, aparecieron dos deportivas, las primeras en el género: “Olimpia”, dirigida por Martín Robinson, y el semanario “Hermes”. Además, “Social”, que proclamaba ser un “semanario artístico, literario y de actualidad”; un “periódico de las familias”, donde “no se habla de la guerra ni de la política”.
“Norte Argentino”
Asimismo, “Vida y Libertad”, semanario de la Asociación de Naturistas “Vada”, dirigido por Carlos Bordier, y “Hebe”, quincenario del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional.
Ese año ven también la luz las revistas “Labor”, de Antonio Moreno Alvariza y “Mundo Tucumano”, semanal.
En 1919, Rafael Padilla cambió el nombre de su periódico “La Raza” por “La Victoria”, y apareció también la revista “Aurora”. La dirigía Vicente Guardiola; su secretario de redacción era José Luis Torres, luego célebre periodista político, y sus redactores Raúl Paverini, Luis Eulogio Castro, Alfredo Cónsole y Maximiliano Márquez Alurralde, todos destacados hombres de la cultura.
En la década de 1920, el ritmo fue más o menos el mismo. Aparecieron en 1920 el periódico “Tribuna”; “El Momento” de Humberto Salvioli; el semanario “Brisas del Plata”.
En 1921, llegó un diario importante, “El Norte Argentino”, dirigido por el doctor Horacio Sánchez Loria, que se editaría durante largos años.
“La Nota”
Hay que agregar “La Patria”, matutino que administraba A. López Herrera, “El Suplemento”, fundado por León Rosenvald (h); “El Municipio”, tabloide que aclaraba ser “ex Gaceta Municipal” y “no oficial, de interés comercial y edilicio especialmente”, sin mención de director; “La Argentina”, revista quincenal con artículos de firmas destacadas, entre otros. Son todos de 1921.
Siguiendo con los periódicos, en 1924 salió a la calle “La Nota”: se presentaba como “diario independiente de la mañana”, y enarbolaba el lema “suena fuerte y canta claro”.
Lo dirigía el travieso periodista porteño Raúl Castro Videla, con abundancia de brulotes político y mordientes caricaturas: el material le acarreó una prisión por desacato cuando concluía la década. Dos periódicos de breve vida datan de 1924: “El Deber” y “El Heraldo”, este dirigido por el doctor José Ignacio Aráoz (h), que alentaba la Concentración Agraria, defendiendo los intereses de los plantadores cañeros.